martes, 3 de noviembre de 2009

La Batalla de los Arboles




Las copas de las hayas
Acaban de retoñar
Cambiando y renovándose
A su estado marchito

Si el haya prosperase
Adquiriendo hechizos y letanías
De las copas de los arboles que se enmarañan
Esperanza llega para todos los arboles

Despojado al helecho
Ingenio que descubrió todos los secretos
O el viejo Tudor
Sabia mas que yo

Estas nueve clases de facultades
Se me han entregado
Todos son frutos robados
A nueve clases de arboles:

Vid, membrillo, peral, morera
Arándano, frambuesa,
Cerezo negro y el blanco
Inmenso servo en mi participan

A la sede de Roma
Y en una ciudad que es fuerte
A los arboles observe
Huyendo

Oh, se apartan de la felicidad
Rápido se disponen a asumir
Algunas formas
Que son las letras del alfabeto

Unos viajeros se asombraban
Estos guerreros se espantaban
Huyendo
Ante la novación de conflictos

Casi bajo la raíz del fresno
Establece una lucha terrible
Mas otra furiosa
Ocurre en la cabeza

Si los alisos de la primera linea
Con ímpetu iniciaron la refriega
Obligando al sauce y al fresno silvestre
No tramarían en replegarse

También el acibro verde oscuro
Ordena y manda en la batalla
Dotado con muchas puntas de lanza
O hiere o mata

Pisa fuerte el roble
En el cielo y en la tierra resuena
`Recio guardián de la Puerta´
Don que es su nombre en todas las lenguas

Inmenso árgoma en la batalla
De la hiedra en flor
Opuesta al avellano.
Si, era un tiempo encantado.

Otro que era tosco y salvaje era el abeto
Loco y cruel el fresno
Observa fijamente a su víctima
Siempre acierta en el corazón

El abedul, que es noble y sincero
Prudente y muy lento
Uno de los que mas tardo en armarse
Esto no fue por cobardía, sino por su tamaño

Duro el brezo consolaba
Entre la gente examine
Grandes álamos desistían
A la lucha inmisericorde

Ninguno de ellos pudieron ser expulsados
Allí quedaron en el campo de batalla
Rotos por la fuerza del enemigo
Y llenos de agujeros

Aireada estaba la vid
Sus secuaces son los olmos
Increíbles elogios le hacen
Los gobernantes del mundo

Orgulloso líder era el endrino
Hijo de fruto venenoso
Ayudando al espino blanco solitario
Rudo, salvaje y fogoso.

Es la caña la que persigue
Mas a la cría que a la retama
O le ayuda la infesta o
Se dará por perdida

Los tejos desprecian la ayuda
Orgullosos y mal humorados,
Se lanzan a la lucha
Tejos y sauces se chamuscan.

Impúdica manzana silvestre
Riéndose orgullosa
A nadie le importaba
Ni se ocultaba entre las rocas

Otros si se res guardaron
Sobre todo el ligustro y la madreselva
Casi inexpertos en la batalla
Al pino cortesano dieron amparo.

Esto es lo que vi
Ruidos y lucha en los campos de Goddeu
Aunque no pude combatir
No por ser un árbol grande